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jueves, 27 de junio de 2013

I could never belong to you.

Ese miedo de rendirme ante tu ternura venciendo mis dudas, de mirarte, que me mires, y no mirarnos como antes. Algo parecido a lo que pasa con dos personas cuando se miran y ya no se ven. No hablo de sentir lo que nunca sentimos, hablo de perder lo poco que conseguimos. Porque todavía no le encuentro sentido a la frase "si puedes soñarlo, puedes hacerlo" si te soñé más de tres veces despierta y durmiendo, pero todo sigue igual.
Hoy ya no espero la verdad. De su boca (casi)siempre recibí mentiras. 
Y el poco esfuerzo que me quedaba para empezar a querer sin pretensiones va desapareciendo de a poco. Ya no intento convencerme de que tal vez el problema sea yo.  Ya no brillan mis ojos cuando me hablan de el. No como antes.
Y ahí me doy cuenta que lo que quería antes no era algo seguro. Porque ahora tampoco me conformo con lo poco que voy logrando.
Confío en que estas donde tenes que estar. A vos te queda seguir descubriendo(me) y a mi ir de boca en boca para encontrar lo que no se que estoy buscando. 

Ya sabes, amor, I could never belong to you. No del todo.


Y estas ganas de retroceder, resetear, borrar. De ser como los demás. Los que se conforman, y no buscan adueñarse de ese trocito que no les corresponde. Ese que nos lleva a tropezar. (Completamente de acuerdo con M.A)